¿Qué tienen en común las verdes llanuras del Masai Mara en Kenia, las impresionantes Cataratas del Iguazú en Brasil y las islas cubiertas de hielo de Svalbard en el Ártico?

Que todas son áreas naturales protegidas.

Estas se suman a las aproximadamente 200,000 zonas protegidas en el mundo, que abarcan todo el espectro de ecosistemas y paisajes, desde áreas silvestres hasta sitios declarados patrimonio mundial y las áreas conservadas por la comunidad. Hoy en día, un poco menos del 15% de la superficie terrestre del mundo - un área equivalente a la masa continental de Estados Unidos y Canadá juntos – además del 3% de sus océanos se han reservado para los esfuerzos de conservación, según la IUCN.

Durante miles de años, las comunidades han dedicado parte de sus tierras a la conservación de recursos naturales finitos, por razones espirituales y para la recreación, así como para proteger las cuencas y controlar el flujo de agua proveniente de las precipitaciones. De hecho, cuando se gestionan con eficacia, las áreas protegidas pueden contribuir de manera significativa a la consecución de los objetivos de biodiversidad de Aichi, que fundamentalmente apuntan a detener la pérdida de biodiversidad para el año 2050.

"El FMAM es y seguirá siendo un firme defensor de las áreas protegidas. Las áreas protegidas son tremendamente valiosas para la sociedad ahora y serán aún más en el futuro", aseguró Naoko Ishii, directora ejecutiva y presidenta del FMAM.

En los próximos cuatro años del FMAM-6 se dedicarán casi US$ 1.300 millones a programas de conservación de la biodiversidad, en lo que constituye la mayor área donde se enfoca el trabajo de la organización. En estos programas se ha incorporado la expansión de las zonas protegidas en sitios clave de conservación de la biodiversidad, así como el fortalecimiento y la sostenibilidad de los actuales sistemas de áreas protegidas. Hasta la fecha, las áreas protegidas establecidas por el FMAM equivalen a una superficie aproximadamente del tamaño de Brasil, es decir unos 8,5 millones de kilómetros cuadrados.

 


Mitigación del cambio climático

Pero no es sólo la biodiversidad la que se beneficia cuando se transforman extensiones de tierra. En conjunto, las áreas protegidas del mundo almacenan la misma cantidad de carbono como los bosques tropicales, según la UICN.

Y lejos de ser inmune al cambio climático, la ampliación de las zonas de conservación proporcionará un "medio naturales y económicos para mitigar y adaptarse a sus efectos", según el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).

Dado que el 15% de las emisiones mundiales de CO2 provienen de la deforestación y los cambios en el uso del suelo, la protección de los bosques y otros ecosistemas ofrece una oportunidad única para promover la conservación de la biodiversidad, evitar la liberación de la 2000 GT de carbono almacenado actualmente en los ecosistemas terrestres, según el PNUMA.

 


Bienestar personal

A finales de 2014 se celebró en Sidney, Australia, el Congreso de Parques Naturales del IUCN para fijar la agenda de la conservación de las áreas protegidas en los próximos 10 años. El tema del encuentro fue “Los Parques, la gente y el planeta: soluciones inspiradoras”.

Adicionalmente a los obvios beneficios a la biodiversidad, los parques naturales tienen un impacto muy positivo en el bienestar de las comunidades aledañas, beneficiando sus realidades sociales, económicas y ambientales. Por ejemplo:

• Un tercio de las ciudades más grandes del mundo dependen de las áreas protegidas para el suministro de agua potable

• Millones de personas en todo el mundo necesitan las zonas de conservación para sus hogares, empleos y medios de subsistencia

• Estas zonas mejoran la seguridad alimentaria a través del impulso de la pesca y la preservación de los parientes silvestres de las cosechas

Las metas de Aichi del Convenio sobre la Diversidad Biológica establecen a la comunidad internacional el ambicioso objetivo de proteger el 17% de las áreas terrestres y las aguas continentales del planeta para finales de esta década.

El FMAM, en su labor como mecanismo financiero para el CDB, se ha comprometido a ayudar al mundo a cumplir con este objetivo, asegurando de esta manera los beneficios de los parques del mundo para las generaciones venideras.

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